Hora de jugar

Jugar y el juego es una necesidad de nuestros niños pequeños a lo largo de toda su infancia, y no se trata de un capricho o de algo superficial. Jugar es necesario, pero no solo para el niño, sino que también lo es para el adulto. El adulto juega para distraerse, relajarse, entretenerse, descansar o tomar distancia de sus preocupaciones y obligaciones. El niño, en cambio, juega para disfrutar, aprender y crecer.
Para cualquier niño y niña del mundo, el juego es una función básica y vital. Cuando un niño de cualquier edad está jugando, lo está haciendo todo, pues cuando juega se entrega por completo a esa actividad implicando su cuerpo, su inteligencia, su afectividad, su comunicación, sus emociones y sensaciones.
Cuanto más pequeño es el niño, más necesario será el uso del juego y más importante será esta herramienta en su vida. Los niños pequeños necesitan jugar, moverse, desplazarse, experimentar, tocar, construir, deshacer para luego volver a construir, imitar, bailar, cantar, imaginar, etc.
Mientras un niño juega no únicamente se divierte, sino que también está aprendiendo sobre sus propias posibilidades motrices, su imaginación, su fantasía, sus frustraciones, sus alegrías, sus tristezas, sus miedos, sus sensaciones, sus propias habilidades y sus dificultades, sobre sus gustos, sobre su entorno (las formas, tamaños, colores, números, sabores, temperaturas de las cosas que le rodean), etc.
Jugando amplían y construyen nuevos conocimientos.
¿Jugamos juntos?